Ya comenzó, un proyecto destinado desde ya al fracaso, quisieron verse tan modernos que de plano lo echaron a perder.
Por la mañana me encontré con un comercial de televisión que invitaba a registrar tu línea telefónica simplemente enviando un mensaje de texto (SMS) con las palabras alta, tu nombre y tu CURP. Se supone que el objetivo de éste proyecto es evitar que las líneas celulares sean utilizadas para actividades ilícitas como el secuestro, la extorsión, etc; sin embargo, es más que obvio que cualquiera puede inventar un nombre e incluso una CURP, basta con buscar en google y podremos encontrar resultados de gente real (gracias a que muchas compañías y entidades gubernamentales publican ésta información) que permitirán que puedan registrarse líneas telefónicas a nombre de cualquiera de nosotros.
No será extraño que de repente aparezcan aparatos registrados a tu nombre, ojalá que no te enteres porque alguién haya cometido algún ilícito con ellos, es una vergüenza que proyectos tan serios se hagan con los pies. La verdad a mí me suena a una tomada de pelo, ya que estoy seguro que ésta situación ha sido prevista pero al final se dieron cuenta que saldría más caro hacer la tarea completa y de verdad certificar la identidad del dueño de cada dispositivo móvil, un ejemplo del mundo real es la emisión de certificados digitales para procesos electrónicos, en los cuales y como procedimiento, se requiere tener contacto presencial con el futuro poseedor del certificado a fin de constatar dicha identidad, ésto cuesta cerca aproximadamente $50 dólares por certificado, o sea, que si quisieran registrar de verdad los teléfonos celulares del país se tendría que invertir una cuota similar por aparato y no creo que en estos tiempos haya un presupuesto suficiente para ello. Por eso creo que decidieron implementar ésta modalidad de registro que lo único que viene a certificar es que no aprendimos del fracaso que significó el RENAVE (Registro Nacional de Vehículos), y aún así, se invirtió dinero en éste proyecto que desde ya está destinado al fracaso, y aún así se le requirió a las telefónicas que inivirtieran también grandes cantidades, han de estar bien contentos.