Recuerdo que durante las pasadas elecciones Federales del 2006 había un clímax colectivo por saber quién sería nuestro próximo presidente de la República Mexicana; y algo muy curioso fué que sin saber quién saldría triunfador en ello ya estabamos (toda la sociedad) divagando incluso quién sería el siguiente, dos en particular sobresalían: Marcelo Ebrard y Enrique Peña Nieto.
La forma en la que éstos, entonces candidatos al Distrito Federal y Estado de México respectivamente, arrarsaron en sus respectivas competencias auguraban una dura pelea para el 2012, algo así como un América - Chivas.
A casi 3 años parece que solo uno llegará, a pesar de los muchos esfuerzos y muchas iniciativas como las famosas playas artificiales, la pista de hielo, etc, etc, etc; Ebrard se ha ido mucho para abajo, su más recientes y sonados fracasos son el proyecto de la línea 2 del metrobús y el tránsito vehicular de la Ciudad de México. La mala planeación en ambos ha sido tan evidente que hoy en día vemos como hay un creciente número de accidentes en el metrobús, como se ha tenido que utilizar un considerable número de policías para cuidar de ciertos pasos que han resultado ciertamente conflictivos.
Es cierto que los ciudadanos tenemos también culpa en algunos de los accidentes, ciudadanos que no respetan los carriles asignados al transporte público, gente conduciendo en estado inconveniente, etc. Sin embargo, en general la mayor parte de la responsabilidad está en la forma en la que se planeó y se menospreciaron los riesgos. Lo más triste de todo, creo yo, es que la solución que han propuesto para corregir y que consiste en el aumento en cuanto al monto de la multa es una vacilada, se ha visto en México que el endurecimiento de las penas no reduce el índice de incidencias, incluso creo que menos impacto tendrá considerando que la mayoría de los accidentes no son culpa de la ciudadanía, y si le sumamos que otro tanto es por conducir ebrio no creo que un borracho se ponga muy conciente acerca de pagar el doble si lo cachan, de entrada porque no creo que sepa ni cuánto cobraban.
En fin, el porcentaje de distribución de intención del voto que se repartían en 2006 Marcelo y Peña Nieto parece haber sufrido un desequilibrio a favor del Mexiquense que veremos en que se convierte en el 2012.
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