El día de ayer se registró otro avionazo en los Estados Unidos, el incidente ocurrió en el poblado de Buffalo (pegado al sur Canadiense) cuando la aeronave se desplomó sobre el mencionado lugar impactando en una casa.
Lo que es de sorprender, es el protocolo que se tiene en Estados Unidos para manejar éste tipo de situaciones, no habían pasado ni dos horas cuando ya un equipo de trabajo salió a dar a la cara a los medios de comunicación para dar a conocer TODA la información que se tenía al momento, de entrada, se mencionó que era muy poco lo que se sabía y que comprendieran que se tenía que hacer una larga investigación, pero ya en ese momento se proporcionó un itinerario del vuelo, el número de pasajeros y el número del personal de tripulación, así mismo de inmediato se dió un número telefónico para proporcionar información acerca de las personas que fueros evacuadas de sus hogares en el sitio del accidente; todo ello en menos de dos horas.
Lo anterior, me sorprende (de gusto) porque considero que eso es contar con un protocolo de crisis mientras que en México, apenas el pasado 4 de noviembre, las acciones que pudimos apreciar en el accidente donde perdió la vida el entonces Secretario de Gobernación (Juan Camilo Mouriño) se notaba una total falta de coordinación para manejar la información, escuchabamos a múltiples autoridades (entre ellos el Jefe Capitalino Marcelo Ebrard) y no se contaba con cifras, ni si quiera se sabía a ciencia cierta si era verdad que el vuelo era el del Secretario y mucho menos con quién viajaba.
Lo que es de sorprender, es el protocolo que se tiene en Estados Unidos para manejar éste tipo de situaciones, no habían pasado ni dos horas cuando ya un equipo de trabajo salió a dar a la cara a los medios de comunicación para dar a conocer TODA la información que se tenía al momento, de entrada, se mencionó que era muy poco lo que se sabía y que comprendieran que se tenía que hacer una larga investigación, pero ya en ese momento se proporcionó un itinerario del vuelo, el número de pasajeros y el número del personal de tripulación, así mismo de inmediato se dió un número telefónico para proporcionar información acerca de las personas que fueros evacuadas de sus hogares en el sitio del accidente; todo ello en menos de dos horas.
Lo anterior, me sorprende (de gusto) porque considero que eso es contar con un protocolo de crisis mientras que en México, apenas el pasado 4 de noviembre, las acciones que pudimos apreciar en el accidente donde perdió la vida el entonces Secretario de Gobernación (Juan Camilo Mouriño) se notaba una total falta de coordinación para manejar la información, escuchabamos a múltiples autoridades (entre ellos el Jefe Capitalino Marcelo Ebrard) y no se contaba con cifras, ni si quiera se sabía a ciencia cierta si era verdad que el vuelo era el del Secretario y mucho menos con quién viajaba.
Éste tipo de sucesos, hacen evidente la triste situación de nuestro país, funcionarios de todos niveles y de todos partidos improvisados, carentes de experiencia, carentes de capacidad de resolución, pero eso sí, muy arrogantes por decir que todo está controlado. Esperemos que en ésta crisis que vivimos a nivel global, no sean nuestros funcionarios nuevamente una nota mala para el país.
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