Ya es lugar común quejarse de Fox en México, sin embargo vale la pena seguirse quejando ahora que todavía es presidente y no ha escapado a Dublín o a Estados Unidos como suelen hacer los expresidentes.
Nadie olvida que hace 6 años un carismático ranchero de derechas, candidato del PAN a la presidencia pudo hacer lo que ni toda la izquierda mexicana logró en el 88: ganarle la presidencia al eterno PRI y hacer que se reconociera el triunfo. Sus promesas fueron muchas, desde un crecimiento del 8% anual en la economía hasta resolver el conflico de Chiapas en 15 minutos y como siempre la esperanza del pueblo mexicano que se ha vendido a una multitud interminable de caciques y demagogos sucumbió ante un ranchero parlanchín que aparte tenía apellido gringo! Cómo no iba a ganar las elecciones.
Pero reconozcamos algo, la historia política del otrora vendedor de Coca colas demostraba que era alguién que realmente quería cambiar las cosas, su paso por la gobernatura de Guanajuato era señal de que era una persona que gustaba de respaldar con acciones sus palabras. Que Vicente tenía buenas intenciones no hay duda.
"¿Y yo porqué?" Es la frase que ha marcado su mandato; decir que no pudo con el paquete es muy poco. El país se le fue de las manos, sus subordinados se insubordinaron, los partidos políticos hicieron lo que quisieron y no resolvió nada de los asuntos pendiente en la agenda del país. En fin, que el pobre Fox no supo en lo que se metió. Y ahora el país está sumido en un caos que el pudo evitar.
Vicente Fox que hace 6 años estaba feliz por haber ganado la presidencia se pasó todo su mandato rogando al Opus Dei que terminara para poder encerrarse en el rancho con Martita.
Antes eras chéver Vicente Fox.. antes querías ser presidente.
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